Maribel Domínguez: “Me gustaría que me llamaran Ronaldinha”

La goleadora mexicana del Barça quiere hablar catalán, jugar la Copa de la Reina y que le pongan un mote brasileño reconocido a nivel mundial

Maribel Domínguez: “Me gustaría que me llamaran Ronaldinha”

Maribel Domínguez está aprendiendo a vivir con la fama, aunque la fama desde hace tiempo se había acostumbrado a vivir con ella. Dos sesiones de trabajo diarias, casi un centenar de entrevistas y cinco goles en sus primeros tres partidos han adornado la incursión de la delantera mexicana en el Barcelona femenino.

Localizarla no alcanza el tinte de odisea, pero sí requiere de atajos e intermediarios antes de que ella conteste al teléfono. Luego la charla se facilita de forma instantánea. "No te preocupes, yo te atiendo a la hora que quieras, creo que ya batí un récord porque he realizado más de cien entrevistas en tres semanas", confiesa al primer contacto.

La "Peque" ha aprendido que su condición de jugadora mediática (medios de distintas partes de Europa han seguido sus movimientos) ha llegado gracias a sus buenas actuaciones con el cuadro catalán, que ha pasado de una etapa de crisis a una de esperanza, gracias a los goles de la delantera azteca.

La adaptación ha sido rápida, aunque con muchos trucos. No es lo mismo una mañana en Tlaltenco en el Valle de Chalco, que una puesta de sol en la cosmopolita ciudad de Barcelona. Son dos territorios opuestos que convergen en los sueños de Maribel. En territorio catalán la artillera dice que extraña lo "picante de la gastronomía mexicana", pero que afina diariamente una filosofía futbolística basada en la picardía.

Maribel siente nostalgia por todo lo que ha dejado en México como la familia, sus amigos y su novio. "Ahora vivo en una ciudad muy tranquila, que nada tiene que ver con el movimiento de la capital mexicana. Pero el apoyo de la gente del equipo ha hecho que me sienta cómoda. Realmente venir a este equipo es un sueño hecho realidad. Nunca me imaginé vivir una etapa como la que estoy viviendo, salir a la calle en un país extraño y que la gente me reconozca es un detalle que me ha hecho sentirme orgullosa de lo que estoy haciendo".

Maribel Domínguez cerró un capítulo inédito en el fútbol mexicano, donde quería convertirse en jugadora del Celaya, para abrir una página de proezas en el balompié español. De momento afirma: "Marigol es el mejor apodo que me pudieron poner, pero como pretenden algunos aficionados, ahora me gustaría que me llamaran Ronaldinha, porque sería un sello a nivel mundial. Incluso, te doy permiso para que me bautices en esta entrevista".

La petición de la jugadora obedece a que varios de los aficionados al equipo azulgrana, han asociado a los mejores elementos de sus representativos masculino y femenino. "Con la gente del Barcelona masculino he tenido poco contacto. Con Rafael Márquez no he hablado mucho, por sus múltiples ocupaciones, pero siento un profundo respeto por él. A Ronaldinho también le conocí, y a pesar de que es el mejor jugador del mundo es un muchacho muy humilde, algo que le hace especial", agrega.

"Para mí lo primero es ayudar para que el equipo se clasifique para la Copa de la Reina, luego vendrán otro tipo de retos. Debemos ir paso a paso", concreta.

Goles y sentimientos

La entrenadora del Barcelona, Natalia Astrain, confió en el kilometraje futbolístico de "Marigol" por los estadios de fútbol de la extinta liga estadounidense WUSA, con el Mistics River y el Atlanta Beat.

"Estamos perdiendo muchos partidos por inexperiencia y creo que ella nos ayudará mucho en nuestras intenciones de mantenernos en la liga", fue la sentencia de la entrenadora, quien ahora opina que "Maribel está demostrando por qué es considerada una de las mejores jugadoras del Mundo".

Los elogios no marean a la goleadora, quien luego de un tiempo quiere estudiar catalán, dedicarse a tener una vida normal y volver a jugar con la selección mexicana, con la que disputó los Juegos Olímpicos de Atenas.

"Los goles han llegado pronto y eso me alegra. El que más me ha gustado es el tercero ante Torrejón el día de mi debut porque hice un regate antes de definir. Regularmente, hago mis goles de cabeza o a balón parado, pero en éste me lucí y lo disfruté mucho al igual que la gente que lo estaba observando", acepta.

Pero como todo goleador, tiene derecho a ponerle nombre a las emociones que invaden su menudo cuerpo luego de vulnerar la red rival.

Algunos goleadores como Iván Zamorano y Gabriel Batistuta afirmaron que para un delantero, el gol era sólo comparado con un orgasmo. Con todo respeto, ¿es igual en tu caso?

"(Risas) Yo creo que sí, pero es una sensación orgásmica y un poco más, porque cuando lo pruebas no puedes vivir sin él".

Ha perdonado a la FIFA

Instaurada en su condición de sensación en el fútbol mundial, Domínguez cree que la prohibición del máximo rector del fútbol mundial para que invadiera el mundo balompédico de los hombres es algo que pertenece a un pasado que le ha hecho madurar.

"Eso ya pasó. Cuando se pidió permiso para jugar con el Celaya se sabía que si bien la respuesta podía ser positiva también podría ser todo lo contrario, como finalmente sucedió. Pero gracias a que no pude jugar en México salió la oportunidad de venir a Europa, entonces no puedo lamentarme", sintetiza.

La goleadora no quiere hablar del tema económico. "Sólo quiero vivir el momento, seguir luchando para construir mi propia historia y ganar títulos. A corto plazo me gustaría inscribirme en una escuela para aprender catalán o buscar especializarme en algo. De momento, estoy cumpliendo con lo que me han requerido, pero aún falta para salvar al equipo y que logremos calificar para un torneo importante".

Pero antes de vanagloriarse entre las mieles de la fortuna, quiere que la generación labrada por Leonardo Cuéllar (a quien considera como un padre), sea recordada por romper barreras. "Yo sé que mis compañeras pueden abrirse paso por su propio talento, pero si con mis actuaciones puedo facilitarles en algo su salida de México lo haré. Muchas de mis compañeras en la selección femenina merecen una oportunidad en el extranjero. Nada me daría más gusto que verlas llegar a España", finaliza.