Mundial 2019: Previa Fase de Grupos

Salvo sorpresa, tanto positiva como negativa, España debería ser segunda de grupo

Mundial 2019: Previa Fase de Grupos

GRUPO A

No hay ninguna duda, Francia será campeona del grupo A. De hecho, salvo que se dejen ir en la última jornada con una Nigeria que se podría estar jugando la clasificación o incluso ser primera, las anfitrionas deberían ganar todos los partidos. Esto no significa que vayan a golear a todos sus rivales. Les pueden complicar la vida… Pero nada más. No me imagino a noruegas o surcoreanas batiendo a una selección que saldrá exageradamente motivada (sin mencionar que son muchísimo mejores). Pero, ¿qué pasará con las otras tres selecciones?

Puede suceder cualquier cosa porque son selecciones con comportamientos, a veces, impredecibles. Tres selecciones muy diferentes, con puntos fuertes y argumentos de peso, pero con lagunas de difícil solución.

Noruega parte como la segunda favorita al grupo en las casas de apuestas. Es lógico, es la selección con más jugadoras de nivel. Y no hay que olvidar de que llegan de ganar la Algarve Cup 2019 (contra equipos de un nivel inferior a ellas como Dinamarca, China y Polonia) y de ser primeras de grupo en una fase de clasificación en la que se enfrentaron a Países Bajos. Pero la gran duda es: ¿han solventado el gran problema de la Eurocopa 2017? Ya os digo yo que no (Al menos contra las grandes selecciones). Pero, ¿cuál es el problema? Para mí es el centro del campo. Muchos os centráis en la ausencia de Ada Hegerberg sin recordar que hace dos años hizo un desastre de torneo donde no apareció en ningún momento (Herlovsen no es mala substituta). El motivo fue porque tanto ella como Caroline Graham Hansen (esta vez jugará de extremo y no de segunda punta) estuvieron absolutamente desconectadas del juego. Sin un centro del campo que nutra de balones a las de arriba, Noruega tendrá que seguir apostando al desplazamiento en largo en posicional y a las transiciones o al balón parado; o como mucho, a que Hansen desequilibre desde una jugada individual.

Ingrid Syrstad Engen (21 años) y Frida Leonhardsen Maanum (19) serán dos centrocampistas dominantes en el futuro; pero este Mundial les viene muy pronto para exigirles ese dominio ante las mejores del mundo. Aunque con las lesiones de la del Linköpings, Vilde Boe Risa acompañará a Engen en el doble pivote (no deja de ser una jugadora que ha salido de su país por primera vez). Este problema del control del centro del campo o de distribuir bien el balón al máximo nivel se podría resolver con Maren Mjelde en el doble pivote, pero Martin Sjögren la prefiere en defensa para asegurar atrás, más cuando Maria Thorisdóttir se ha pasado casi toda la temporada fuera por problemas tras una conmoción cerebral sufrida a principios de temporada. Las escandinavas tienen un equipo con jugadoras que están en la élite en todas las posiciones: Ingrid Moe Wold o Kristine Minde en los laterales, Emilie Haavi o Guro Reiten en las bandas e Isabell Herlovsen arriba; salvo en un centro del campo donde hay tres jóvenes promesas a las que el torneo, sobre todo si llegan a las eliminatorias, les puede llegar demasiado pronto.

Por otro lado tenemos a una Corea del Sur que viene con los mismos argumentos de siempre, pero con una crisis de resultados enorme. ¿Le puede bastar con el orden táctico y la calidad individual de las Ji So-yun, Lee Min-a (parecer que será suplente) Lee Geum-min o Cho So-hyun? Puede que para pasar la fase de grupos, pero no me la jugaría con ellas. Básicamente porque la defensa me ha dejado dudas en algunos partidos que las he visto. Tienen tendencia al error y sufren muchísimo ante selecciones que tienen un mayor físico que ellas. Teniendo en cuenta que Noruega y Nigeria son superiores en el apartado físico y que Hansen y Oshoala son una amenaza si cometes un error… Difícil. Su gran baza tiene que ser atascar y bajarles el ritmo de juego a estas selecciones con más músculo que ellas. No es un gran arma, pero es que las otras dos se encuentran muy incómodas ante ese tipo de partidos.

Nigeria es una selección de rendimiento difícil de prever. Ya no sólo a lo largo del torneo, sino incluso a lo largo de un mismo partido. Pueden pasar de arrollarte, a sufrir una desconexión total. Quizás por eso han confiado las riendas de esta selección al sueco Thomas Dennerby, uno de los entrenadores más rígidos que yo recuerdo, pero no sé hasta qué punto puede controlar o encorsetar la anarquía de tanto talento y físico exuberante. Oshoala, Oparanozie, Ordega, Chikwelu y Ajibade son argumentos ofensivos de mucho peso.

Les costó ganar la pasada Copa de África (tanda de penaltis ante Camerún y Sudáfrica) aduciendo una falta de preparación e interés por parte de la federación. Este año han ido a la Cyprus Cup, aunque sin grandes resultados ni actuaciones. ¿Qué podemos esperar de las Super Falcons? Cualquier cosa. Literalmente.

GRUPO B

¿Cuántas veces habrá llegado Alemania sin (tanta) presión a un torneo? Pues yo no lo recuerdo. Y creo que eso las hace más peligrosas que nunca. Sin hacer mucho ruido y con la falsa sensación de inestabilidad, las alemanas llegan al Mundial sin perder desde el mes de marzo de 2018 (último partido de Steffi Jones a los mandos de la selección) y ganando en este 2019 en casa de las anfitrionas y en el Friends Arena de Solna (en los dos primeros partidos de Martina Voss-Tecklenburg). De hecho, los cuatro amistosos bajo el mando de MVT han sido más que convincentes (con muchos cambios de sistemas y jugadoras). Sólo unos lapsus mentales de Almuth Schult ante Japón han impedido que se estrenase con pleno de victorias. La ex seleccionadora helvética parece tener las cosas muy claras: intentar volver a la sobriedad de la era Silvia Neid pero desde una propuesta más ofensiva heredada del trabajo de recuperación que hizo Horst Hrubesch.

El gran arma de esta Alemania es ese trío en centro del campo: Melanie Leupolz, Sara Däbritz y Dzsenifer Marozsán. Las germanas pueden controlar los partidos desde el centro del campo. En cualquier tipo de situación. Las 3 comparten: calidad técnica, sentido táctico, capacidad para combinar, agresividad y físico. Pero lo mejor es que llegan en el momento de más madurez en sus carreras. En la era Neid faltaba calidad técnica en el centro del campo, y en la era Jones físico y equilibrio en esa zona. Ahora lo tienen todo. Además de eso, la agresividad de Alexandra Popp, Lea Schüller y Svenja Huth en ataque les dará soluciones a estas tres jugadoras que dictarán el guión de los partidos. Tampoco están mal las soluciones desde el banquillo con Lina Magull, Linda Dallmann o Lena Goessling. Alemania puede volver a controlar los encuentros.

¿Puede España pelear la primera posición a Alemania? Puede y debe. Pero parece complicado imaginarse a las campeonas olímpicas cediendo una primera plaza que sabe que les da muchas papeletas para evitar a su mayor temor, los Estados Unidos. No podemos tomar como referencia ese amistoso de finales del año pasado. En gran medida porque el contexto es muy diferente. Aquel era el último partido y la despedida de Hrubesch, lo del Mundial será otra historia. Más allá de entrar en diferencias entre Hrubesch y Voss-Tecklenburg, la simple ausencia de Dzsenifer Marozsán aquel día lo cambia todo (no jugaron Marozsán, Schult, Leupolz, Schüller, Huth y Hegering).

Salvo sorpresa, tanto positiva como negativa, España debería ser segunda de grupo (con lo que eso implica si Estados Unidos cumple sus pronósticos). Es lo que dicta la lógica, que ya sabemos que no siempre funciona, y lo exigible a esta selección. Y es que si bien Sudáfrica y China son selecciones incómodas, sobre todo las africanas en el debut, somos superiores a ellas. Las de Desiree Ellis te pueden complicar mucho la vida si no tienes un buen día; aunque vienen de caer con estrépito en Estados Unidos (3-0) y Noruega (7-2). Hicieron una excelente Copa de África en 2018 y han arrancado el año jugando y compitiendo bien ante Países Bajos y Suecia. Pero desde la Cyprus Cup sus resultados han sido francamente malos. Una selección más ordenada de lo que podríamos pensar, con mucha agresividad en todas las acciones y con ese toque alocado en ataque que las hace imprevisibles y peligrosas. Mothlalo, Kgatlana, Mulaudzi o Jane pueden hacer mucho daño con espacios. Un equipo construido desde la era Vera Pauw para "molestar" al rival.

La selección de China es otra de esas selecciones incómodas para el rival. Nunca pierden la cara a los partidos pese a ser, en la mayoría de casos, dominadas por las contrarias. No les importa tanto tener el balón, tampoco tienen tanta calidad, como a las otras selecciones asiáticas ya que saben que desde el orden táctico, estar juntas y que pasen pocas cosas en los partidos tendrán su opción (o al menos de estar metidas) Su gran arma ofensiva es la conexión Wang Shuang y Wang Shanshan.

GRUPO C

Una selección en un año de altibajos, otra en la mayor crisis de resultados de su historia, una escuadra que históricamente siempre ha competido bien en los grandes torneos, y un grupo de jugadoras que vivirán el sueño de jugar el Mundial. ¡Que grupo más raro! Dicho esto, Australia y Brasil deberían pelear por la primera plaza.

Llevamos 2 años con el hype de la selección australiana (sea merecido o no). Sus buenos Juegos Olímpicos de Río 2016, el Tournament of Nations de 2017 y sobre todo la irrupción de Sam Kerr en la "mesa de las más grandes"; unido a las grandes temporadas de las Matildas en NWSL, han alimentado esa expectación por ellas. Pero es cierto que desde hace unos meses vienen dejando dudas, quizás no para el gran público, pero sí a los que seguimos la actualidad de la selección del pacífico. Ya empezó con la pasada Copa de Asia donde estuvieron a punto de no meterse entre las semifinalistas, y terminó con esos partidos de otoño donde dejaron muchas dudas. Y para colmo arrancó el año con ya no sólo la destitución de Alen Stajcic, sino también por las formas y el debate que generó la marcha del seleccionador.

Demasiada incertidumbre con lo que pasó: si fue un golpe desde la federación, desde un sector de ex jugadoras, que si su cuerpo técnico utilizaba calificativos inapropiados… Nunca se sabrá el motivo de su salida ya que se realizó después de unas encuestas de forma anónima. La Cup of Nations fue un bálsamo para ellas. Los últimos dos amistosos vuelven a dejar las dudas sobre esta selección un tanto "suicida" en el planteamiento. Es cierto que no compitieron mal ni contra Estados Unidos ni contra Países Bajos, pero los resultados son claros: 5-3 y 3-0 (aunque no fueron tan inferiores ofensivamente hablando). Y es que Ante Milicic apuesta por un fútbol muy ofensivo y atractivo que les permite generar muchas ocasiones de gol, pero que deja demasiado expuestas a las australianas, sobre todo, ante selecciones con gente rápida arriba (los dos últimos amistosos son el mejor de los ejemplos).

Pero estamos ante la mejor generación de la historia del fútbol femenino australiano, ante uno de los mejores equipos (al menos XI titulares) del fútbol actual… Yo apuesto por ellas como primeras de grupo.

Fundamentalmente porque Brasil está en una crisis de resultados demasiado profunda como para que el talento y veteranía de las Marta, Cristiane, Formiga y compañía puedan solucionar. Las brasileñas no ganan desde hace casi un año (9 derrotas consecutivas ante Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, Inglaterra, Japón, Estados Unidos, España y Escocia). Pero ya no son las derrotas, es la falta de convicción y la falta de "alma" de un equipo que parece un barco a la deriva.

Las veteranas son muy buenas y te pueden sacar de un apuro, pero es que jugadoras como Debinha, Ludmila o Bia Zaneratto están rindiendo muy bien en sus clubes; incluso pese a que la defensa de Brasil deja muchas dudas, por nombres y por rendimiento en sus clubes, lo tendrían que hacer mejor. Entonces, ¿dónde está el problema? Hace mucho tiempo que la Verde-Amarela necesita un cambio de rumbo y sencillamente no lo han dado. O el mero hecho de jugar un Mundial motiva a las jugadoras, o puede ser un torneo muy doloroso para ellas.

*Australia ha ganado 6-1 y 3-1 a Brasil en los últimos Tournament of Nations (2017 y 2018 respectivamente).

De hecho, si las brasileñas siguen en su letargo la propia Italia podría tener opciones de meterse como segundas de grupo. A ver, no os voy a "vender la burra", a las italianas, para mí, no les debería dar para vencer ante selecciones como Australia o Brasil. Sin embargo, llegan con confianza por el "boom" del fútbol femenino en Italia y sobre todo, porque históricamente (con conjunto mejores o peores) han competido bien en las Eurocopas. Ya sé que la historia no cuenta mucho sin que los contextos sean similares, pero… Ellas llegan con confianza, atacantes como Barbara Bonansea o Cristiana Girelli han realizado una temporada fantástica, las brasileñas con dudas. Pero como he dicho, para mí no les da el nivel.

De Jamaica podemos esperar una selección que ponga complicaciones. Podría irse del Mundial con algún gol anotado por su estrella Khadija Shaw; pero cuesta pensar en ellas como una selección que saque algún punto. De las "exóticas" la que más probabilidades tiene de sacar algo positivo.

GRUPO D

Si hay algo que tengo claro en este grupo es que Argentina va a quedar última. De hecho, lo más normal es que entre la albiceleste y las tailandesas esté el farolillo rojo de todo el Mundial. Creo que nadie esperaba a las argentinas este verano. Que se metiesen en el "repechaje" sí porque quizás Colombia no estaba en el mejor de sus momentos; pero en la propia eliminatoria contra equipos de la CONCACAF tampoco esperábamos que no estuvieran o México o Costa Rica. Esto les abrió el premio que es estar en Francia 2019 y esperemos que un mejor trato por parte de la federación en el futuro. Porque preparar este torneo contra universidades americanas y contra Uruguay… Evidentemente no es lo suyo.

Pero, ¿quién ganará el grupo? No es fácil, pero yo apostaría por Inglaterra. Es cierto que no dan una seguridad total como sí pueden darte las grandes favoritas al título, pero tampoco es que Japón me convenza. Y en este sentido apuesto por la contundencia, en algunos partidos, físico e intensidad de las inglesas como argumento principal. Eso les dio la victoria (3-0) en la pasada SheBelieves Cup que ganaron hace unos meses. Se enfrentarán en el último partido, probablemente estará en juego la primera plaza, y me sorprendería que las de Phil Neville no fuesen al partido con una mejor diferencia de goles que les permitiese estar "satisfechas" con un empate. El premio sería evitar a la primera del grupo E (Canadá o Países Bajos).

Como todas la selecciones que llevo catalogando de "alternativas", Japón no me termina de convencer. Está lejos de ser esa selección que hacía tanto daño con el balón y que era tan dinámica con el mismo. Y si tu otrora gran arma no funciona… Lo tienes difícil. Evidentemente nadie va a un torneo como el Mundial para hacer pruebas, pero creo que la ausencia de ciertas veteranas se debe a que Asako Takakura quiere rodar al más alto nivel a unas jugadoras que deben competir por lo máximo en un futuro tan cercano como son los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Me cuesta ver a estas nadeshiko ser primeras de grupo por delante de las inglesas.

Por último tenemos a Escocia. De las que teóricamente parten como terceras en discordia, las escocesas son las que más me convencen para llegar a dar la sorpresa en el grupo. Me cuesta creer que ese debut ante Inglaterra sea positivo para ellas, pero sí que me las imagino haciendo daño a las japonesas con la velocidad y dinamismo de Erin Cuthbert, Lisa Evans o Claire Emslie, la forma en la que llega Caroline Weir y las ganas de Kim Little. Tienen superioridad en balón parado con Beattie y Ross. Aunque la clave será en cómo de bien defiendan. Quizás el balance defensivo no es la mejor de sus armas.

GRUPO E

¿La pegada de Países Bajos o la seguridad de Canadá? Difícil elección.

Canadá es una selección que transmite seguridad. No han perdido un sólo partido en 2019 y sólo han encajado 1 gol este año (en 9 partidos). Es una selección que juega "feo", pero compite muy bien. Muchos balones largos, buscar la superioridad física en banda, el balón parado y no encajar goles. Sin contemplaciones atrás. Un fútbol muy directo y quizás anticuado que nos recuerda a la Dinamarca de hace unos años. Al fin y al cabo su entrenador es Kenneth Heiner-Moller. Y tampoco le culpo ya que no pueden jugar a otra cosa. Está optimizando recursos. Pero echamos de menos a la Canadá de Río 2016 (bronce olímpico) un poquito más divertida.

Países Bajos es pura pegada. Transiciones rápidas, fútbol vertiginoso y contundencia en el área rival. La receta que les hizo campeonas en la Eurocopa del 2017. Aunque han tenido bajones de rendimiento, sobre todo fuera de ese paraíso que es para ellas jugar en casa, durante estos últimos meses. Han jugado mal durante muchas semanas. Noruega las mandó al play-off y si Dinamarca hubiera aprovechado sus ocasiones en la ida de las semis de repesca… De hecho vienen de ser penúltimas en la Algarve Cup. Pero esa pegada… es un argumento de peso.

Así que respondiendo a la pregunta que formulaba con anterioridad, me quedo con Países Bajos. En el nivel de confianza en el que llegan Vivianne Miedema (temporada excepcional), Lieke Martens (últimos meses muy buenos) y Shanice van de Sanden (llega en plan "fórmula 1") hace complejo pensar que Canadá no conceda gol en ese duelo de la última jornada. Y es que pensando en el duelo Chapman vs van de Sanden… La de Houston Dash puede salir muy perjudicada. Porque sí que creo que Lawrence (con Martens) y Zadorsky-Buchanan (con Miedema) harán un buen trabajo. Y a Canadá le cuesta mucho hacer goles. Janine Beckie no llega en un buen momento, Nichelle Prince desborda pero toma malas decisiones y sin eso Sinclair estará muy sola.

También será bonita la pelea por la tercera plaza del grupo en esa última jornada. Camerún es un rival complejo, pero el cansancio y la veteranía y calidad de ciertas jugadoras neozelandesas como Abby Erceg, Ali Riley y Ria Percial tiene que ser la clave para que se impongan unas kiwis que llegarán al Mundial con el buen sabor de boca de haber ganado a Inglaterra.

GRUPO F

¿Alguien tiene dudas de Estados Unidos? Yo al menos, en esta fase de grupos, no las tengo. Ni la más mínima. Es cierto que el inicio de año de las campeonas del mundo no ha sido ni mucho menos el mejor, pero creo que ese calendario tan exigente de Jill Ellis estaba pensado para llegar al torneo con toda la información posible, positiva o negativa, sobre su equipo. Exponerlas en enero, sin ritmo alguno, a visitas comprometidas ante Francia o España, una SheBelieves Cup para empezar a decantarse por ciertas jugadoras, un amistoso en plan examen contra Australia en el inicio de la NWSL para ver en qué punto estaban, y amistosos de menos nivel cerca del Mundial para rodar y cojer confianza al grupo. Ellis ha querido exponer a su equipo después de un 2018 casi perfecto. Sacarlas de su zona de confort. Yo creo que lo ha conseguido. ¿Para ser mejores? No sé. Al menos para estar alerta y que no ocurra lo de Río 2016. O al menos eso creo yo.

En los últimos dos mundiales las americanas no se pudieron imponer a la selección de Suecia en la fase de grupos. Pero, ¿puede esta selección escandinava vencer a las americanas? Sí. Pero no lo veo venir porque se enfrentarán en la última jornada y puede que las suecas tengan más dudas que confianza cuando llegue dicho partido (y viceversa). Me encanta pensar en Suecia como Dark Horse llegando a las últimas rondas del campeonato por su mezcla de experiencia al más alto nivel y poderío físico, pero me cuesta pensar en ellas como ganadoras de grupo por encima de USWNT. Básicamente porque salvo sorpresa no les valdrá el empate por una peor diferencia de goles. Y Suecia juega bien sin presión, no con la necesidad de ir a por un resultado.

En cuanto a la tercera posición de grupo creo que debería ir para Chile. Que se metan como una de las mejores terceras dependerá de si son capaces de golear a Tailandia, pero sobre todo, de ejercicios de supervivencia ante Estados Unidos o Suecia (salvo que tengamos muchos empates en los otros grupos) Llegarán a la última jornada con opciones de clasificación.