El fútbol, cosa de mujeres

El Espanyol, el Sabadell y el Barça, último clasificado, son los tres representantes catalanes en la Superliga

El fútbol, cosa de mujeres

Adriana está ofuscada y se encara con el árbitro. Sus compañeras del Barça la retienen y, a trompicones, se retira desencajada, insultando a Raquel, clamando venganza. Acaba de ser expulsada y vocifera que no ha tocado a la jugadora del Espanyol, quien, tumbada en el césped, se queja de una agresión. Minutos antes se habían retado y Raquel ha ganado la última batalla de un derbi muy blanquiazul. El Espanyol ha humillado al Barça (7-1) y la euforia perica contrasta con la frustración azulgrana. Casi todas las derrotadas lloran, mientras escuchan algún insulto y las mofas de aficionados españolistas.

El fútbol no es sólo cosa de hombres.

Hace cuatro años se creó en España la Superliga, la élite del fútbol femenino, con 14 equipos. Tres de ellos son catalanes: el Barça, el Espanyol y el Sabadell, que la temporada pasada fue subcampeón de Liga y de Copa. Algunas jugadoras son profesionales, pero muy pocas ganan más de 1.500 euros mensuales, y sólo están federadas 11.100 futbolistas, una cifra muy inferior a las 400.000 licencias de Alemania. En Estados Unidos, siete millones de mujeres juegan al fútbol.

Los clubs catalanes manejan presupuestos inferiores a los 100.000 euros, menos de 17 millones de pesetas, y el Barça desestimó el fichaje de Paulina Ferrer porque el Sabadell le pidió 9.000 euros. El Espanyol, en cambio, acaba de cerrar un acuerdo de patrocinio por tres años con Quat Inversiones, que cubrirá el presupuesto del equipo.

El Athletic ha jugado ante 38.000 espectadores en San Mamés, pero a los partidos del Barça, Espanyol y Sabadell sólo acuden unas 400 personas."La gente alucinaría si las viera. Físicamente son inferiores a los hombres, pero el nivel técnico en España es muy bueno. La selección sub-19 es la campeona de Europa", asegura Joanjo Estregué, director deportivo del fútbol femenino azulgrana, de un club que no manda en la Superliga.

Al contrario. El Barça, que ascendió la pasada temporada, perdió ayer 8-0 en Sevilla y es último, con 7 puntos en 16 jornadas. El Espanyol es 6° y el Sabadell, 8°. El Madrid no disputa la Superliga. El fútbol, para ellas, también es una pasión. Muchas empezaron a jugar cuando eran crías, mientras veían los partidos de sus padres o hermanos, e idolatran a Zidane, Ronaldinho y Etoo. Adriana recuerda que su padre jugaba en el Vilassar. "En el descanso cogía el balón y hacía unos toques", explica la cotizada delantera del Barça, que ha rechazado dos ofertas de EEUU, el paraíso del fútbol femenino."Sí, sí. En EEUU, el fútbol es cosa de mujeres. Pagan muy bien y los estadios se llenan", dice Adriana, que se pone mucho más seria cuando le preguntan por su pique con Raquel. "Nunca me he llevado bien con ella, y eso que al principio le tenía un respeto increíble. La verdad, nunca me iría con Raquel a tomar unas copas, pero ahora me preocupa más el Barça. Si no reaccionamos, descenderemos".

Raquel, una centrocampista de 26 años, es toda una institución en el Espanyol. Y en España. Internacional en 33 ocasiones, entrena a un equipo de niños en la escuela del Espanyol. Igual que Miriam y Goretti. Ganar al Barça, reconoce Raquel, es "especial, muy gratificante", pero su mejor partido fue la final de la Copa de la Reina que el equipo blanquiazul ganó al Oroquieta de Madrid por 3-0. Aquel día marcó dos goles.

Del Barça al Espanyol

Goretti, de 22 años, simboliza la clase del Espanyol. Durante ocho años jugó en el Barça, pero hace cuatro fichó por el eterno rival. "Cuando era pequeña, mucha gente se metía conmigo. En cambio, mis padres siempre me apoyaron", declara la mediapunta blanquiazul, que saluda a Miriam, una central de 18 años que Natalia Astrain, la entrenadora navarra del Barça con título nacional, querría fichar. Miriam juega al fútbol desde los seis años. De pequeña era del Barça, aunque su padre, José, jugaba en la Peña Madridista de Santa Coloma. En junio acaba su contrato, pero le gustaría seguir en el Espanyol o jugar en algún equipo estadounidense. Otra jugadora emblemática es Marta Cubí, que ha marcado 25 goles en los primeros 16 partidos. Dice que le gustaría emular a Kluivert, aunque inmediatamente matiza: "Yo soy muy buena chica y no salgo de noche".

Mucha psicología

Santi Fernández, el entrenador del Espanyol, bromea: "Es cierto". Después reflexiona sobre el fútbol femenino. "Si trabajara con chicos, sería más duro. Las mujeres son más disciplinadas que los hombres, pero un entrenador ha de trabajar mucho la psicología. Les tienes que decir las cosas con mucho tacto", dice el técnico, de 33 años. "En España falta mucho trabajo físico", añade Santi, quien suspira por entrenar a un equipo masculino.

Santi, que había jugado en el Terrassa, llegó al Espanyol avalado por su gestión durante ocho años en el Sabadell. Sin embargo, su relación con Merche Romero, la presidenta del club vallesano, acabó mal. Muy mal. "Le fichamos todas las jugadoras que quiso, pero no fuimos campeonas a pesar de tener el mejor equipo. Las chicas no estaban a gusto con él", proclama Merche, que trabaja como detective privado.

Merche, una de las pioneras del fútbol femenino, jugó en el Barça y en el Sabadell. Es una mujer con mucho genio. El año pasado impuso a Santi la convocatoria en un desplazamiento de María José, una de sus jugadoras favoritas. Otras, en cambio, despotricaban de la presidenta, por su talante autoritario, y se marcharon. Al finalizar la pasada temporada todavía no habían cobrado cuatro mensualidades y estaban hartas de que el equipo viajara siempre en autocar aunque jugaran en Oviedo, Andalucía y Extremadura. Pero más indignante era que tuvieran que pagarse las comidas en los desplazamientos.

Las tensiones siguen y algunas jugadoras del Sabadell se negaron a disputar un partido durante esta temporada al no tener garantizado el cobro de las fichas. El futuro institucional también es incierto. El Centre d'Esports Sabadell quiere desvincularse totalmente del equipo que preside Merche Romero.